¿Qué pasa después de la muerte?

 


En diversos pasajes del evangelio, se refieren a la Resurrección como el paso de la muerte física hacia la otra vida. Es decir, que al momento de morir el cuerpo físico es nuestro Espíritu el que pasa hacia otra vida. Ese acto se llama Resurrección.

La Resurrección es una Ley de Vida aperturada por Cristo luego de haber bajado a los infiernos en los Tres Dias de Victoria (véase el artículo "Hecho Crístico"). Esta ley de vida cambia la ley anterior de la Reencarnación. 

Resucitación, Reencarnación y Resurrección.

La diferencia entre estas tres condiciones siempre ha sido confusa. Poco y nada se ha abordado sobre esto. Existe la creencia que podemos reencarnar en animales o en el sexo opuesto... Pero ¿Qué nos dice Cristo al respecto?

1. Resucitación.

Es el acto donde muere el cuerpo físico pero luego revive por reanimación médica o natural. La persona vuelve a la vida con el mismo cuerpo y nombre. Siendo la misma persona.

2. Reencarnación.

Al morir la persona no vuelve siendo la misma, sino que nace con otro cuerpo, en otro tiempo, sin recuerdos de su existencia anterior. Antes de Cristo esto era ley, es decir, si o si reencarnabamos al momento de morir pasando previamente por el juicio en los abismos o infierno una y otra vez. Con la venida de Cristo en Jesús y los Hechos de Salvación en los Tres Días de Victoria, los infiernos fueron cerrados y los cielos abiertos, para que reencarnar ya no fuera ley, sino una condición especial a cargo del juez de los Cielos, el Cristo. Él puede decidir si un Espíritu reencarna o no. 

3. Resurrección.

Ley de Vida que cambió la ley de Reencarnación. Es la vida posterior a la muerte física. En Juan 14:2 dice: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros". Es decir, al morir vamos a ir a algún Cielo pero el tipo de morada depende directamente de nuestros frutos espirituales aquí en este mundo. 

También Cristo declara: "Yo soy la resurrección y la vida; el que tiene fe en mí, aunque esté muerto, vivirá". Y si lo dice Cristo, que es Dios... ¿por qué no le creemos?. 

Lo que nos llama y compromete esto es a llevar una existencia de bien, de coherencia de fe, en donde día a día por nuestras acciones nos jugamos la estancia en los Cielos. Que todo lo que nos sucede aquí tiene efecto en nuestra Resurrección y la morada donde iremos luego de la muerte física. Para estos tiempos definitorios, Cristo dejó herramientas y un camino de retorno muy claro y específico. El mismo se declaró ser el camino, la verdad y la vida, y que sin él nadie puede llegar al Padre. Esta existencia es solo un pasaje que vive nuestro Espíritu para alcanzar el objetivo de recuperar su calidad espiritual y divina.

La verdadera vida está en los Cielos, en lo espiritual, ya que nuestro Espíritu es eterno, es una partícula de Dios viviendo en nosotros. Los misterios sobre la muerte y la vida están en nuestro Espíritu que por medio de la oración y meditación Crística se puede ir develando poco a poco a medida que nuestra conciencia espiritual se va ampliando. 

La Resurrección es un camino de constante transformación que el Espíritu debe transitar para la purificación del alma y la unión con ésta. Solo con y por Cristo podremos alcanzar este objetivo. Con su sabiduría y su camino espiritual que nos hace Espíritu antes que carne.

Si te interesa saber más sobre este tema, te invito a integrarte a los Círculos Crísticos. Instancias abiertas y gratuitas de nutrición de espiritual que te permite conocer y descubrir la Sabiduría de Dios.


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